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Estoy en Crisis - Por Susana Leone

Este artículo surge de mi experiencia profesional en la atención de pacientes en situación de crisis. Durante la misma he constatado la validez de los ítems que menciono aquí.

¿Qué es una crisis?

Se trata de un estado temporal de trastorno y desorganización. Se caracteriza por la incapacidad de las persona para abordar situaciones particulares, utilizando los métodos acostumbrados que ponemos en marcha para la solución de problemas.

Pasamos por una crisis que llamamos vital, cuando no nos podemos enfrentar a los acontecimientos que se van sucediendo en nuestra vida con los recursos que teníamos hasta el momento.

Es importante tener en cuenta que estas crisis y la resolución de las mismas dependen de: Nuestras estructuras subjetivas, es decir, de aquellas creencias que hemos construido, de la información que poseemos y de cómo procesamos el contexto que nos rodea. Por ello, cada persona transita su propio proceso y sus tiempos. Es notable que en una misma circunstancia una persona pueda experimentar un proceso crítico y otra no.

¿La crisis es siempre negativa?

Los efectos que puede producir una crisis vital a nivel emocional, suelen ser sufrimiento, tristeza y también angustia. Estas emociones pueden llegar a somatizarse con el paso del tiempo, puesto que el estado de ánimo tiene una enorme influencia sobre el bienestar físico, por ello es importante superarla.

Las crisis nos sitúan en un momento en el que las cosas mejoran o empeoran; Constituyen una oportunidad de aprendizaje y progreso, por lo tanto no siempre es imprescindible tener que evitarlas; Pueden presentarse, entonces, como un peligro y también como una oportunidad.



Por ello, es muy común que las situaciones límites o críticas de nuestra vida, tengan una cara de peligro y sufrimiento pero conlleven un cambio, es decir, nos permitan hacer nuevos planteos, evaluar posibilidades y tomar conciencia de nuestros valores y creencias y de esta forma, con esta innovadora claridad, cambiar muchos de los objetivos de nuestra vida o conocer hacia dónde la estamos dirigiendo, cuestiones que son muy difíciles de realizar sin pasar por estos momentos. En este punto es fundamentar tener cierta conciencia de cambio para poder dar el paso, a veces alarmante…. De hacer algo “Desacostumbrado”.
  
¿Qué significa “Conciencia de cambio”?

Darse tiempo. Tener presente que, si bien quisiéramos encontrar la solución a lo que estamos atravesando en forma adecuada y rápida, en la mayoría de los casos es necesario transitar el proceso previo de descubrir el camino, superar miedos, desarrollar habilidades que desconocíamos, crecer, hasta que llega ese momento en que nuevamente nos podemos sentir seguros con esta nueva realidad.

¿Qué tipos de crisis pueden acontecer?


Existen momentos en nuestro desarrollo que pueden desencadenar crisis. Este tipo es llamado evolutivo (relacionadas con el desarrollo en las distintas etapas de la vida). Pero también pueden ser situacionales (accidentales o repentinas, ocasionadas por causas externas no siempre previsibles).

-Crisis Vitales Evolutivas

De la infancia: puede aparecer al comienzo de escolaridad, ante la separación de los padres, y durante las modificaciones biológicas que se dan durante el crecimiento.

De la adolescencia: cambios en el cuerpo, separación simbólica del seno familiar, pertenencia a grupos de pares, decisiones sobre proyectos en el futuro (carrera, trabajo).

De la madurez: Suceden a veces relacionadas con la búsqueda de pareja y ante la situación vital de convertirse en padres y madres.

De la vejez: Jubilación, con los cambios que produce en el rol familiar, repercute en la ubicación de las personas que sienten que, de independientes, podrían pasar a ser dependientes.

-Crisis situacionales


Son frecuentes en relación con circunstancias accidentales o bien acontecimientos imprevisibles o inesperados, siendo algunos de los mismos:

Separación y /o divorcio.
Fracaso económico y pérdidas materiales.
Muerte y pérdidas de seres queridos.
Enfermedades físicas y psicológicas.
Adaptación a un nuevo trabajo, cambio de puesto.

¿Cuáles son las etapas con que cursan las crisis?

Se eleva inicialmente la tensión debido al impacto del suceso externo y se produce ofuscamiento e irritabilidad.

1) La tensión persiste y aumenta por la incapacidad de enfrentar la nueva situación con la norma habitual de conducta, lo que provoca rabia e incertidumbre.

2) Al incrementarse la tensión, se movilizan otros recursos como reducción de la sensación de que la amenaza es externa, lo que permite redefinir el problema y pedir ayuda.

3) Si nada de lo anterior acontece, la tensión aumenta hasta provocar incapacidad y grave desorganización emocional.

¿Qué sensaciones se experimentan durante las crisis?
    
· Desorganización emocional, sentimientos de tensión, ineficacia y desamparo.
· Perturbación.
· Colapso.
· Confusión.
· Reducción de las defensas. Es decir que surge un sentimiento de desintegración: “Ya no queda nada por defender”

¿Qué es lo que da lugar a las crisis?

Las crisis no son generadas, por el suceso durante el cual emergen por sí mismo sino que se relacionan con el modo en que las personas lo perciben. También el anclaje de las crisis se ubica en cómo dicho acontecer incide en la experiencia vital de cada persona. Dependerá entonces de qué expectativas establecidas en la vida se han violado por los acontecimientos y qué conflictos personales inconclusos se hicieron evidentes por el proceso de crisis, para que un suceso se convierta en tal.

Conviene tener presente que hablar con un amigo, tomarse vacaciones, redefinir la situación, son decisiones favorables pero casi nunca alcanzan para mitigar la desestabilización que irrumpe durante las crisis.


¿A qué estrategias apelar para abordar las crisis?

Se aconseja que ante estas situaciones vitales conmocionantes, las personas afectadas opten por alguno o todos de los siguientes recursos:

· Pedir ayuda profesional.
· Descomponer el problema en fragmentos más manejables y tratarlos de a uno por vez.
· Confiar en sí mismo y en otros es decir, tener la convicción de que se tiene capacidad para resolver problemas.
· Frente a los sentimientos negativos que emergen, contemplar sentimientos positivos.
· Tolerar la frustración y darse tiempo para procesar la crisis.
· Hacer consciente que el proceso de crisis implica fatiga por desorganización y el esfuerzo de elaboración para salir adelante generando aspectos positivos.
· Permitirse el desorden que trae llanto y angustia, negación (para amortiguar el impacto) y sentimientos intrusivos (como la vivencia de dolor).


¿De qué recursos que pueden estar a disposición de las personas, dependen la intensidad y el curso de las crisis?

Las situaciones de crisis se atravesarán con características de mayor o menor intensidad y otros matices que se relacionan con:

· Fuerza del yo.
· Historia personal respecto de procesamiento y actitud ante situaciones tensionantes.
· Existencia de cualquier problema de personalidad no resuelto.
· Bienestar físico.
· Recursos sociales: familia, amigos, compañeros de trabajo.

En este punto es imprescindible resaltar que la ayuda psicológica especializada favorece e incrementa la disponibilidad de recursos de las personas en situaciones de crisis.


¿Qué indicios tenemos de que ha concluido la crisis y de qué efectos produjo?

Los terapeutas que nos ocupamos de ayudar a personas en crisis, denominamos terminación al estadio en que se comprueba que las personas pudieron:

· Enfrentar el suceso crítico.
· Identificar los pensamientos relativos al mismo e integrarlos a la cadena de sucesos de la vida de la persona.

En esos casos consideramos que:

· La experiencia ha sido progresiva.
· La persona posee un dominio cognoscitivo de la situación por lo que puede desarrollar nuevas estrategias de enfocar las crisis y la vida.
· Se ha producido un cambio en la conducta con un uso apropiado de los recursos externos.

Si, en cambio, ha surgido un empobrecimiento de la persona, la experiencia ha sido regresiva y la ayuda profesional para revertir la situación es fundamental.

En palabras del escritor y filósofo español Eugenio Trías Sagnier:

“En esta vida hay que morir varias veces para después renacer. Y las crisis, aunque atemorizan, nos sirven para cancelar una época e inaugurar otra”.

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